La sierra María Andrés es una zona de especial conservación situada en el término municipal de La Morera y La Parra al suroeste de la provincia de Badajoz. Espacio que destaca por la presencia de hábitat de vegetación calcícola, muy poco representado en la región lo cual justifica el lugar como LIC. Este hábitat restringido se acompaña de otros hábitat mediterráneos como los retamares o los bosques de quercínias o los prados mediterráneos de hierba alta.
Destaca junto a la Sierra la Calera, en el mismo término municipal, por su diversidad de orquídeas silvestres concentradas en un espacio más bien reducido. Estas son algunas de las especies que he encontrado, uno de los motivos por los que merece la pena conservar este entorno.
Ophrys lutea.
Tal vez la más claramente inconfundible y reconocible del genero Ophrys por su labelo amarillo. Encontré los primeros ejemplares a principios de Abril, de las de floración más tardía en esta zona. Pertenece a las llamadas Orquídeas Abeja.
Ophrys scolopax.
La llamada orquídea perdiz o becada (recuerda a la cabeza de este ave, scolopax). O como una amiga dice, parece una estatuilla de motivos mayas. Existe una gran variabilidad en tamaño y forma de sépalos, pétalos así como en el color y diseño del labelo.
Ophrys fusca.
La orquídea abejera negra, uno de los grupos más complejos por presentar un variable polimorfismo en tamaño, pilosidad y coloración del labelo que hace que sea difícil diferenciar entre especies cercanas. Encontré las primeras flores a principios de febrero con pequeños grupos dispersos en diferentes zonas. Relativamente abundantes.
Ophrys speculum.
La orquídea espejo. Presenta un labelo de un azul metalizado brillante que refleja la luz asemejándose a un espejo.
Ophrys tenthredinifera.
Es la especie más abundante y mejor distribuida del género Ophrys en Extremadura. Aunque no encontré muchos ejemplares por la zona. Puede presentar variabilidad.
Ophrys incubacea
La orquídea araña. El epíteto específico viene del latín incubo (noche oscura) por el color oscuro de su labelo.
Esta orquídea está considerada por muchos autores como una subespecie de la Ophrys sphegodes. Es difícil encontrar esta especie por la zona.


La orquídea araña. El epíteto específico viene del latín incubo (noche oscura) por el color oscuro de su labelo.
Esta orquídea está considerada por muchos autores como una subespecie de la Ophrys sphegodes. Es difícil encontrar esta especie por la zona.


Anacamptis papilionacea.
La orquídea mariposa, sirve de refugio a varios tipos de insectos durante la noche o en caso de lluvia. Una especie polimorfa que presenta variación en el tamaño y coloración de las piezas florales.
Anacamptis collina.
Una de las orquideas de floración más temprana. Encontré los primeros ejemplares a finales de enero del 2016.
Anacamptis champagneuxii.
Puede aparecer en grupos abundantes desde finales de Marzo. Hay variabilidad en la forma de sus flores.
Un interesante híbrido entre dos especies de orquídeas pertenecientes al género Anacamptis (antes Orchis) A. champagneuxii x A. papilionacea.
La presencia de híbridos es relativamente frecuente en las orquídeas, incluso entre géneros distintos, es una de sus estrategias principales de especiación.
Himantoglossum robertianum.
La llamada orquídea gigante por su porte que puede alcanzar los 80cm. Es una de las primeras en florecer a mediados de Enero.
La orquídea del hombre desnudo. Muy conocida por la forma peculiar de su labelo en forma de hombrecillo desnudo. Pertenece al grupo de orquídeas con labelo antropomorfo. Puede presentar variación en su color.
Las orquídeas son un auténtico test vegetal sobre la calidad medioambiental de una zona. Son tan sensibles y delicadas que únicamente crecen donde no existe ningún tipo de contaminación.
La mayoría de las orquídeas Ophrys dependen de un hongo simbionte, debido a esto desarrollan sólo un par de pequeñas hojas alternas. No pueden ser trasplantadas debido a esta simbiosis. Durante el verano estas orquídeas están durmientes como un bulbo subterráneo tubérculo, que sirve como una reserva de comida. Al final del verano-otoño desarrolla una roseta de hojas. También un nuevo tuberculo empieza a desarrollarse y madura hasta la siguiente primavera, el viejo tuberculo muere lentamente. En la próxima primavera el tallo floral empieza a desarrollarse, y durante la floración las hojas ya comienzan a marchitarse.
Las flores son únicas, no solo por su inusual belleza, gradación de color y formas excepcionales, sino también por la ingenuidad con la que atraen a los insectos. Su labelo imita al abdomen de una abeja. Cada orquídea tiene su propio insecto polinizador y depende completamente de esta especie polinizadora para su supervivencia. Es más, los machos embaucados es probable que no vuelvan o incluso que ignoren plantas de la misma especie. Por todo esto solamente cerca del 10 % de la población de Ophrys llega a ser polinizada. Esto es suficiente para preservar la población si se tienen en cuenta que cada flor fertilizada produce 12,000 pequeñas semillas. Esta polinización mímica está acrecentada al producir además la fragancia de la hembra del insecto en celo. Estas feromonas hacen que el insecto se acerque a investigar. Esto ocurre solamente en el periodo determinado en el que los machos están en celo y las hembras no han copulado aún. El insecto está tan excitado que empieza a copular con la flor. Esto se denomina "pseudocopula", la firmeza, la suavidad, y los pelos aterciopelados del labelo, son los mayores incentivos, para que el insecto se introduzca en la flor. Las polinia se adhieren a la cabeza o al abdomen del insecto. Cuando vuelve a visitar otra flor los polinia golpean el estigma. Los filamentos de los polinia durante el transporte cambian de posición de tal manera que los cereos granos de polen puedan golpear al estigma. Si los filamentos no toman la nueva posición los polinia podrían no haber fecundado la nueva orquídea.
La mayoría de las orquídeas Ophrys dependen de un hongo simbionte, debido a esto desarrollan sólo un par de pequeñas hojas alternas. No pueden ser trasplantadas debido a esta simbiosis. Durante el verano estas orquídeas están durmientes como un bulbo subterráneo tubérculo, que sirve como una reserva de comida. Al final del verano-otoño desarrolla una roseta de hojas. También un nuevo tuberculo empieza a desarrollarse y madura hasta la siguiente primavera, el viejo tuberculo muere lentamente. En la próxima primavera el tallo floral empieza a desarrollarse, y durante la floración las hojas ya comienzan a marchitarse.
Las flores son únicas, no solo por su inusual belleza, gradación de color y formas excepcionales, sino también por la ingenuidad con la que atraen a los insectos. Su labelo imita al abdomen de una abeja. Cada orquídea tiene su propio insecto polinizador y depende completamente de esta especie polinizadora para su supervivencia. Es más, los machos embaucados es probable que no vuelvan o incluso que ignoren plantas de la misma especie. Por todo esto solamente cerca del 10 % de la población de Ophrys llega a ser polinizada. Esto es suficiente para preservar la población si se tienen en cuenta que cada flor fertilizada produce 12,000 pequeñas semillas. Esta polinización mímica está acrecentada al producir además la fragancia de la hembra del insecto en celo. Estas feromonas hacen que el insecto se acerque a investigar. Esto ocurre solamente en el periodo determinado en el que los machos están en celo y las hembras no han copulado aún. El insecto está tan excitado que empieza a copular con la flor. Esto se denomina "pseudocopula", la firmeza, la suavidad, y los pelos aterciopelados del labelo, son los mayores incentivos, para que el insecto se introduzca en la flor. Las polinia se adhieren a la cabeza o al abdomen del insecto. Cuando vuelve a visitar otra flor los polinia golpean el estigma. Los filamentos de los polinia durante el transporte cambian de posición de tal manera que los cereos granos de polen puedan golpear al estigma. Si los filamentos no toman la nueva posición los polinia podrían no haber fecundado la nueva orquídea.